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lunes, 24 de abril de 2017

Cuento ejercicio para educación infantil (Día del libro)

Presentamos la siguiente adaptación del libro: ¡Padre no puede enterarse! para educación infantil, en formato de cuento ejercicio:



¡PADRE NO PUEDE ENTERARSE!,
Mamen Ruiz
                                    Cuento ejercicio (adaptación del libro para Educación Infantil)

CÓDIGOS PREVIOS A LA LECTURA DEL LIBRO:
            Cuando la persona que lea el libro realice estos gestos el alumnado emitirá los siguientes sonidos:
Gesto de la persona que hace la lectura
Sonido que harán los niños y las niñas
¡Uf!
Dedo índice sobre los labios
¡Guaaaaa!


CUENTO EJERCICIO
            No hace mucho y no tan lejos de aquí en el Valle del Azahar, las ninfas Náyades, guardianas de la naturaleza y de las aguas del río Naydés, veían asustadas como el río cada vez tenía menos y menos agua.

            Buscando y buscando soluciones acabaron agotadas,
                        (Lectór/a: Tocarse la frente, simulando sudor. Alumnado: ¡Uf!)
            pero por fin una de las ninfas, encontró una solución: Lilit, la bruja les ayudaría.
Aretusa no estaba de acuerdo, le daba miedo y si la convertía en rata de alcantarilla, escarabajo pelotero, hormiga cabezona o vete tú a saber en qué otra cosa…
(Podemos dejar que el alumnado invente otros seres que no les gusten en lluvia de ideas).
            Dulaida comenzó a prepararse para el camino y echó en la mochila todo lo que necesitaba. Aretusa la miró y se burló de ella:
—¿Para qué va a querer una bruja miel, pan y manzanas? ¿Vamos a perdirle ayuda o a merendar con ella? ¡Quizás seamos nosotras su merienda! —gritó muy muy muy asustada.
(Lector/a:  Hacer gestos con las manos de llorar. Alumnado: ¡Guaaaa!)
(Lector/a: Dedo índice sobre los labios. Alumnado: ¡Ssssss!)
—¡No digas tonterías! —la regañó—. ¡Sabes que es una bruja buena y siempre, siempre, siempre —subió el tono— nos ayuda! Y ahora concéntrate porque para llegar a su casa tendremos que recorrer el bosque y puede ser un lugar peligroso; tenemos que estar preparadas.
Empezaron el camino, después de más de una o dos o quizás veinte horas andando, ¿quién sabe? Las ninfas estaban agotadas.

Dulaida se paró en mitad del camino y miró a un lado y a otro varias veces (hacemos este gesto repetidas veces con cara de sospecha) Allí había algo.

Dulaida sacó un tirachinas y empezó a lanzar trozos de pan y manzanas. Una bandada de pájaros con cara de pocos amigos y amigas salieron de sus escondrijos y comenzaron a comerse la comida. Y ellas aprovecharon para correr correr hasta encontrarse a salvo.

Mientras Aretusa se sujetaba el costado agotada por la carrera, Dulaida comenzó a coger flores por el camino canturreando la canción de la bicicleta (de Shakira y Carlos Vives).
A tu manera, despelucado
en una bici que te lleve a todos lados.
Un vallenato desesperado
Una cartica que yo guardo donde te escribí.
Que te sueño y que te quiero tanto
Que hace rato está mi corazón
latiendo por ti, latiendo por ti (…)
           
            Cuando Aretusa se recuperó del carrerón continuaron el camino. Comenzaron a subir una montaña estrecha. Dulaida escuchó ruidos, miró por todas partes (hacemos el gesto de mirar por todas partes) buscando el origen de los ruidos. ¿Quién había allí?

Prestó atención y vio la sombra de unas cabras montesas detrás de una de las rocas.  ¿Qué podía hacer ahora? Dulaida recordó las flores que habían estado recogiendo y las tiró lejos para mantenerlas entretenidas mientras subían la montaña. Cuando llegaron a la cima corrieron y corrieron sin mirar atrás. Una vez más, habían estado demasiado cerca del peligro.

El camino les llevó al borde de la cueva que llevaba a casa de la bruja Lilit. Dulaida apreció en el suelo pisada de una pareja de osos salvajes. Tenían que cruzar de rápido la cueva para evitar encontrarse con ellos. Sin embargo, ambas escucharon el crujido de unas ramas al partirse, miraron hacia atrás y….

Allí estaban la pareja de osos. Dulaida silbó y un oso más grande, su amigo Pedrín, salió a espantar a la pareja de osos. Gruñó repetidas veces y se puso de pie sobre sus patas traseras. Los otros osos asustados salieron corriendo.
(Lectór/a: Tocarse la frente, simulando sudor. Alumnado: ¡Uf!)
Pedrín les llevó a la cueva y les mostró unas piedras, que había estado recogiendo en el río, para que se las llevaran como regalo a la bruja Lilit.
Aretusa se quedó boquiabierta (abrir la boca) con la casa de la bruja, por fuera era una choza fea que parecía que se acabaría cayendo en pedazos en cualquier momento, pero por dentro era más amplia de lo que esperaba, estaba limpia y muy ordenada.
(Lector/a: Poner las dos manos alrededor de la boca como si fuéramos a gritar. Alumnado: ¡Oooooooh! )
            La bruja Lilit era muy guapa e iba con un vestido negro. Aretusa buscó la escoba, y el caldero, todo el mundo sabe que las brujas tienen una escoba y un caldero; pero no lo encontró por ninguna parte.
            —Señora bruja —dijo Dulaida—, queríamos solicitar su ayuda. Como sabe, nuestro río se está quedando sin agua y necesitamos alguna solución, porque si no el valle y los animales que viven en él desaparecerán.
(Lector/a: Poner las dos manos alrededor de la boca como si fuéramos a gritar. Alumnado: ¡Oooooooh!)
            Lilit contempló la mochila de Dulaida. Era de muy mala educación presentarse en la casa de una bruja, sin avisar, para pedirle ayuda y no llevar un pequeño regalo como muestra de amistad. La bruja podría enfadarse y…
(Lector/a.Agitar la mano en el aire. Alumnado: ¡uyuyuyu- yuiii!)
            Dulaida recordó las piedras de su amigo Pedrín y se las entregó a la bruja Lilit.
            Ella  sonrió encantada con las piedras, sabía que Pedrín las había recogido él mismo del rio. Abandonó el salón unos minutos y regresó con unos papeles que entregó a Dulaida.
            —Esos papeles son los documentos que os permitirán poder excavar en el río hasta llegar al manatial de agua que hay debajo… Así el río recuperará el agua. Teneís que tener cuidado es peligroso.
            Aretusa la miró molesta. Ellas eran ninfas del agua, eran grandes nadadoras y buceadoras. Sería pan comido para ellas. Sin embargo, contestó:
            —¿No piensas darnos una poción hecha con tu caldero para ir más rápido?
            —¡No! —negó la bruja—. ¡Ya no se lleva el caldero, ahora las brujas usamos oya exprés, es más rápida! —dijo con retintín.
            Dulaida cogió a Aretusa del brazo y se despidieron. Era mejor no estropear las cosas. Ahora que tenían la solución entre las manos; con aquellos papeles pronto el río volveria a tener agua de nuevo. 
            El trabajo para extraer el manantial del río fue mucho más duro de lo que esperaban las ninfas; pero cuando terminaron las obras planearon una gran fiesta para celebrar que el río volvía a tener agua, mucha, mucha agua. Decidieron invitar a Lilit para agradecerle la ayuda, y ella aceptó encantada.
   Y sin más dilación la fiesta comenzó.